En un país donde la violencia es una constante, donde la justicia parece ser un concepto lejano, donde la impunidad es la norma y la corrupción se ceba en todas las capas de la sociedad, hay momentos que parecen congelar el tiempo y hacer que la realidad sea aún más cruel.
Uno de esos momentos fue el ritual tumbero que se llevó a cabo en la ciudad de La Plata, donde los familiares y amigos del joven fallecido, Andrade, lo despidieron en la puerta de una casa vecina. El escenario era como si hubiera salido de un cuadro de la pintura más oscura de la historia argentina.
La escena es de un horror sin nombre, donde los tiros al cielo y las motos aceleradas parecían ser el acompañamiento perfecto para un funeral que no fue tal. La ciudad se quedó parada en ese momento, como si hubiera sido congelada por la gravedad de lo que estaba sucediendo.
Andrade había perdido el control de la moto y cayado golpeándose la cabeza contra el asfalto, pero la primera información que surgió fue la de su muerte producto del golpe. Sin embargo, con el correr de las horas se confirmo que su fallecimiento en el Hospital San Roque de Gonnet fue por un disparo que recibió.
Los forenses y el personal médico coincidieron en señalar que la herida de bala que ingresó por su espalda la que provocó su muerte. Fuentes judiciales indicaron al medio 0221 que estaría confirmado que Andrade fue asesinado: “Murió por el tiro, en principio”.
Por el hecho, los ocho policías que participaron en el operativo siguen siendo investigados por el fiscal Juan Menucci, a cargo de la UFI N°6 de La Plata, que solicitó el secuestro de las armas de todos los efectivos como también sus celulares.
La violencia es una constante en nuestro país, y parece que no hay un fin a la impunidad y la corrupción. Pero momentos como este ritual tumbero nos hacen reflexionar sobre lo que estamos viviendo y sobre lo que somos como sociedad.
¿Qué tipo de sociedad somos cuando permitimos que la violencia sea una constante en nuestras vidas? ¿Qué tipo de país somos cuando no hay un fin a la impunidad y la corrupción?
Es hora de reflexionar sobre lo que estamos viviendo y de hacer algo para cambiarlo. Es hora de ser un país donde la justicia sea una realidad y no solo un concepto lejano.
La violencia es una constante en nuestro país, pero también es una oportunidad para reflexionar y cambiar. ¿Qué vamos a hacer?